Modelo educativo venezolano
El sistema de educación de nuestra nación consta de una etapa maternal y preescolar, etapa primaria (6 años), secundaria y media diversificada y profesional (5 a 6 años), y universitaria (2 a 7 años). En la constitución nacional se establecen las bases de un sistema inclusivo y gratuito el cual debe estar garantizado como un derecho fundamental.
El sistema de educación superior es muy heterogéneo, manifestándose en la variedad de instituciones públicas y privadas como universidades autónomas, experimentales, politécnicas, tecnológicos y colegios universitarios. La duración de las carreras cortas es de 2 a 3 años, obteniéndose el título de técnico superior universitario en una determinada rama. Por otra parte, las carreras largas tienen una duración de 4 a 7 años, para aspirar al título de licenciado, ingeniero, profesor, abogado, médico y otros.
La actualidad del sistema de educación superior pasa por una situación crítica tanto en instituciones públicas como privadas. Entre las dificultades se encuentran, la baja calidad del sistema educativo básico, el cual no prepara con sólidas bases a los estudiantes, de donde el rendimiento académico no está a la altura para estudiar una carrera universitaria. El personal docente es mal pagado, por lo que no hay un incentivo para que éstos den el 100% y lo mejor de sí mismos. La actividad de investigación está en decadencia, no está siendo financiada, ni mucho menos tomada en cuenta para el desarrollo que requiere el país. Hay fuga de talentos que buscan mejorar su calidad de vida, profesionales de cuya preparación se benefician otros países y mejor apoyada.
Educación especial: constituye la modalidad del sistema educativo venezolano que tiene la finalidad de garantizar el derecho constitucional a la educación a personas con necesidades especiales de aprendizaje, tanto a la población joven, como a la adulta. Tiene un basamento legal abundante y una concepción inclusiva y humana por parte de las instituciones del Estado, sin embargo, en la realidad presenta serias deficiencias que contradicen tal concepción y que impiden que toda la población necesitada goce de su derecho a la educación. Por otra parte, quienes sí son atendidos, no reciben una formación especializada, profesional y de calidad.
La cantidad de instituciones especializadas en la educación de personas con necesidades especiales no basta para atender la actual población, no se ajusta a los requerimientos reales. Como ejemplo, puedo mencionar en Ciudad Guayana, el instituto “Mundo de Sonrisas”, el cual, entre los servicios que presta a la comunidad, está el de brindar terapias con especialistas en la materia a la población infantil. La dificultad está en que este centro tiene que atender una demanda no solo de Ciudad Guayana (la cual es demasiada), sino de distintas zonas del Estado Bolívar, por lo que se puede apreciar que cuando madres solicitan una cita es otorgada en meses y no a los pocos días. Como su economía no se los permite, entonces han de esperar, pues no hay otra solución de bajo costo. Por otra parte, el país presenta un déficit de especialistas en educación especial así como de instituciones universitarias que formen al personal encargado de esta importante misión educativa, individuos con pasión y vocación de educar a personas con necesidades especiales, tienen en este déficit un obstáculo. No es conveniente que profesionales docentes no especializados en educación especial asuman la responsabilidad de formar a esta población necesitada.
Educación de adultos: es un subsistema encargado de la formación de la población mayor de 15 años que no completó el subsistema habitual, en base a la formación básica, integral, secundaria y media diversificada y profesional, con el objeto de preparar a esta población al trabajo productivo, con capacitación en un oficio y listo para la formación universitaria. Instituciones del Estado, privadas y sin fines de lucro son autorizadas para satisfacer la demanda en la educación para adultos, no obstante, este subsistema presenta carencias y cierto desorden.
Personalmente, tuve una experiencia docente en el subsistema de educación para adultos en una institución sin fines de lucro, como lo es el Instituto Radiofónico Fe y Alegría, donde me desempeñé como voluntario. Noté que la educación se basa en el conocimiento previo de los estudiantes, por lo que no hace tanta énfasis en el contenido programático como en el sistema regular de educación. Muchos estudiantes presentaban deficiencias en ese conocimiento previo, por lo que representaba un obstáculo que impide una formación continua como lo establece el programa y de calidad. Adolescentes de 15 años en adelante no tuvieron la oportunidad de formarse en el sistema regular que no basta para la demanda real y no les quedó otra de seguir preparándose en este instituto ya que no podían permitirse costear un colegio privado. El proceso de entrega de títulos de bachilleres pasa por muchas trabas e inconvenientes burocráticos, por lo que los estudiantes no cuentan con sus título al terminar la formación, sino que tienen que esperar meses. El subsistema de educación para adultos amerita una revisión profunda con el fin de garantizar una formación de calidad tal como lo establecen las leyes y la carta magna, así como de incluir e incentivar a la población que ha desertado del sistema regular de educación.